Si en el último post hablábamos de un ejemplo de grupo de viviendas en Viena, hoy traemos un documento que complementa y completa lo aprendido sobre las viviendas diseñadas desde la perspectiva de género. «Recomendaciones para una vivienda no jerárquica ni androcéntrica» es un documento de la arquitecta Zaída Muxí Martínez, a la cual hemos nombrado varias veces en este blog. Se trata de una publicación escrita en catalán, pero que no nos costará demasiado entender y que nos da las claves de diseño de viviendas que se adaptan a diferentes realidades.
Los espacios domésticos más convencionales o de mercado dan por obvias e inamovibles ciertas características esenciales, tales como la distribución en espacios estancos y casi monofuncionales. Los programas funcionales de las viviendas, los espacios para las tareas domésticas, se considera unos mínimos, que son exclusivamente la cocina y el lavadero, sin cuestionar los requerimientos y funcionalidades en relación al resto de actividades y espacios, ni su tamaño, ni su organización. La aparición de nuevas tecnologías y herramientas para las tareas domésticas cotidianas solo han hecho que especifiquen los usos y se genere un mayor consumo, pero no han modificado sustancialmente los rasgos característicos de los espacios ni de las responsabilidades hacia éstas. La casa sigue siendo un lugar de recreo y descanso, pero al mismo tiempo es, para casi todas las mujeres, un lugar más de trabajo.
Los hogares, en su articulación y distribución espacial, continúan repitiendo estructuras jerárquicas y rígidas de la familia nuclear patriarcal que quedan reflejadas, entre otros, en la nula consideración que tiene el trabajo del hogar y sus necesidades. Estas tareas siguen siendo esencialmente responsabilidad de las mujeres y, por lo tanto, fuera del interés del mundo productivo tradicionalmente considerado como el principal.